viernes, 9 de diciembre de 2011

Carlomagno.

Tras invadir parte del imperio romano, los francos se establecieron en lo que ahora sería el centro de Francia. Su jefe Clodoveo fundó la dinastía merovingia. A su muerte, el reino se dividió entre sus hijos y se debilitó hasta el extremo de que el poder cayó en manos de Carlos Martel, que había acaudillado a los francos contra los musulmanes en Poitiers. En 751, Pipino, hijo de Carlos, destronó a los merovingios e inició la dinastía carolingia. A su muerte, en 768, heredaron el reino sus hijos Carlomán y Carlos; tres años después Carlomán murió y Carlomagno se convirtió en único rey.

Carlomagno pronto conquistó el resto de Francia y ocupó partes de las actuales Alemania, Italia y Holanda. En Europa central obligó a los sajones y a los ávaros a acatar el cristianismo. Apoyó al papa y acrecentó el poder de la iglesia en su reino. A cambio, el papa reconoció el poder de Carlomagno en 800 nombrándole el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Carlomagno impulsó la enseñanza fundando escuelas en catedrales y monasterios. La escuela palatina de Aquisgrán, su capital, fue el más importante centro de enseñanza del occidente cristiano.

Tras la muerte de Carlomagno en 814, las incursiones vikingas desde fuera y las guerras civiles desde dentro debilitaron el imperio. En 843 se dividió entresus tres nietos; éstos y sus descendientes gobernarían Alemania hasta 911 y Francia hasta 987.


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